Queque de Yogurt y Miel

Y yo que pensaba que el frío en Lima ya se había ido, pero no es así, de pronto regresaron los días grises, húmedos y de garúa.

Y es en esos momentos cuando solo me provoca tomarme un té bien calientito acompañado con este riquísimo Queque de Yogurt y Miel.

En las tardecitas frías me provoca tomar una buena taza de té, calientito, con un poco miel y trocitos de kion, ideal para calentar el cuerpo. Y si además lo acompaño con un queque, pues eso lo hace ideal para calentar mi alma.

El paso a paso para preparar este delicioso Queque de Yogurt y Miel lo pueden ver en este video:

Y aquí tienen la receta completa para que la puedan imprimir:

Queque de Yogurt y Miel

Ingredientes:

  • 2 ½ tazas de harina sin preparar (312 g)
  • 2 ½ cucharaditas de polvo de hornear
  • ½ cucharadita de bicarbonato
  • ½ cucharadita de canela en polvo
  • ¼ cucharadita de nuez moscada en polvo
  • ½ cucharadita de sal
  • 3 huevos
  • 1 ½ tazas de yogurt griego natural (350 g)
  • ⅔ taza de aceite de origen vegetal (136 g)
  • ¾ taza de miel de abeja (220 g)
  • 1 cucharadita de vainilla

Preparación:

  1. Precalentar el horno en 350°F/180°C.
  2. Forrar completamente un molde de 1.5 a 2 litros de capacidad con papel para horno de modo que el papel sobresalga de las paredes del molde.
  3. En un tazón cernir la harina junto con el polvo de hornear, bicarbonato, canela, nuez moscada y sal. Reservar.
  4. En otro tazón batir ligeramente los huevos, agregar el yogurt, miel y vainilla y mezclar hasta conseguir una mezcla homogénea.
  5. Añadir los ingredientes secos y mezclar solo hasta integrar.
  6. Vaciar la masa en el molde y hornear por 50-60 minutos, hasta que, al introducir un probador, este salga limpio.
  7. Retirar del horno y dejar reposar 10 minutos.
  8. Tirando con cuidado del papel que sobresale del molde, desmoldar sobre una rejilla y dejar que enfríe totalmente.

Receta inspirada en: Pan Dulce con Yogurt y Miel de La Espátula Verde.

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About Nydia

Cuando era soltera, rara vez cociné en casa de mis padres, pero cuando me casé tuve que entrar a la cocina, sobre todos los fines de semana que era cuando mi esposo y yo almorzábamos en casa, juntos preparábamos el almuerzo. Y así, poco a poco encontré el gusto a la cocina con la repostería, porque con ella puedo engreír a mi familia y sobre todo endulzarles la vida.
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