Esta es la tercera y última parte de mi reporte de Mistura. En verdad tenía que dividirlo porque si bien sólo fui un día, poner todo lo que vivimos ese único día en un solo post era demasiado.
En esta última parte les contaré sobre nuestra experiencia de comer en uno de los 5 restaurantes 5 tenedores escogidos para estar presente este año en Mistura.
Cuando decidimos que ya era momento de comprar las entradas de Mistura (pre-venta) ya no quedaban para los fines de semana, y de los pocos días que quedaban decidimos que lo mejor sería ir el viernes, así con más tranquilidad podíamos tomar un día libre en el trabajo. Cuando planeamos bien qué haríamos ese día decidimos que de todas maneras cerraríamos con una comida en uno de los restaurantes gourmet.
Sabíamos que habían estos restaurantes porque en el plano de la feria había una zona destinada a éstos, así que entramos a la página oficial de Mistura para tener más detalle, pero no encontramos mayor información, lo único que pudimos encontrar era que había una zona llamada 5 Tenedores, donde se encontraban Astrid y Gastón, Central, Fiesta, Hervé y La Gloria.
Entonces le preguntamos al Sr. Google si sabía más del asunto (ya somos íntimos amigos), entonces encontramos una página donde se mencionaba que estos restaurantes ofrecerían un menú para cuatro personas por 100 soles, es decir, 25 soles por persona, realmente un muy buen precio si estamos hablando de los restaurantes más caros de Lima. Nos pareció que no estaba mal, además que pensando en todo lo que caminaríamos, la idea de terminar el día sentados en una mesa con mantel y ser atendidos pues no tenía precio…ja,ja,ja…
Entonces Joanna encontró algo que no esperábamos, que los cinco restaurantes no estarían al mismo tiempo, que sería uno por vez y según un calendario ya establecido, para el viernes 16 estaría Hervé. No somos expertas en restaurantes, pero nunca habíamos escuchado de este lugar, en verdad teníamos todas las ganas de ir a Central, entonces nos quedamos pensando…otra cosa que consiguió fue el menú, que también ya estaba establecido de antemano…ummm…bueno, no estaba del todo mal, pero si lo comparabas con lo que ofrecían los otros…nos hizo dudar…al final decidimos que sí. Como no había más información Joanna llamó al mismo restaurante para que nos explicaran si había que reservar de antemano, entonces nos dijeron que se hacía el mismo día en la feria, pero nos recomendaban que vayamos temprano porque los turnos eran de una hora y sólo habían cinco mesas disponibles por turno.
Cuando llegó el viernes y luego de pasar por los Restaurantes Rústicos y las Carretillas, fuimos al sitio asignado a Hervé para hacer nuestra reserva, la pedimos para la 5 de la tarde, entonces nos dijeron que teníamos que pagar en ese momento, ya lo suponíamos, pero lo que no sabíamos era que había que hacerlo con los tickets, no con dinero en efectivo y mucho menos con tarjeta. Casi nos desmayamos, pero porque cuando llegamos (y me doy cuenta que no lo había mencionado antes) las cajas sólo te daban tickets de 1 sol…así es de 1 sol…ya habíamos pasado por eso porque al llegar decidimos que era mejor cambiar de una vez el dinero, así que volver a las cajas para cambiar 100 soles en tickets de 1 me parecía horrible, pero ni modo, fuimos y gracias a Dios ya les habían traído tickets de mayor denominación: de 6 soles y de 3 soles. Ni modo, con todos esos tickets regresamos al restaurante para pagar nuestra reserva.
Al final de nuestro recorrido hicimos tiempo sentados en las escaleras del Mali, saboreando el Chilcano Bravo (ya lo había mencionado ¿verdad?), cuando estábamos cerca de las cinco nos fuimos a Hervé y esperamos un poco para que nos dejen entrar, todavía no eran las cinco. Cuando dio la hora y entramos vimos con agrado que el sitio estaba lindo, manteles blancos, cubiertos de verdad, servilletas de tela…nos sentamos a esperar que nos traigan la comida.
Para empezar nos pusieron un pedazo de pan y aceite de oliva…luego nos trajeron unos profiteroles saborizados con queso, estaban suaves, tibios, muy ricos…empezamos bien.
Entonces nos preguntaron qué queríamos de beber, naturalmente pedimos vino, que estaba incluido dentro del menú. Joanna pidió blanco y el resto tinto. Cuando nos trajeron las copas no sabía si era una broma o era en serio. ¿De verdad a esto le llaman una copa de vino? No es que quisiera que me llenen la copa hasta el borde, pero un centímetro de vino en la copa, ¿de verdad? Y no vayan a pensar que era un vino francés ni mucho menos, era un vino nacional, ojo, no estoy despreciando los vinos nacionales, hay muy buenos, pero de verdad esto es lo único que nos servirían, el menú incluía una copa de vino…salud…
Pero bueno, habíamos ido a comer, no a tomar, aunque sí critico un poco no sólo a este restaurante sino a muchos otros que nunca te sirven agua, no entiendo por qué, digo es algo básico verdad, así como te ponen el pan te deberían servir también un vaso o una copa con agua. Vamos a la comida, como entrada estaba planeado una «Fina crema de zapallo macre, foie gras de pato y láminas de pan campesino».
Ya, la misma cara pusimos nosotros, eso se llama mis queridos lectores falta de cultura culinaria…ja,ja,ja…es que qué se ve en el plato, una cremita amarilla que definitivamente era del zapallo, una rodaja de pan que tenía que ser el campesino y una especie de paté que era el foie gras de pato…después de reírnos un rato, nos sirvieron la crema sobre este hermoso plato. Les cuento que a mí no me gusta la crema de zapallo, nunca la he podido tomar, pero esta estaba deliciosa, me la tomé todita, mi mamá hubiera estado orgullosa de mí.
Lo que vino después fue el plato principal: «Carrilleras de res cocida a baja temperatura en vino tinto y sauco y ‘fagottini’ de papa negra». Como ven un plato bien servido, donde la salsa estaba deliciosa. La carne sumamente suave, me encanta cuando no necesito usar un cuchillo para cortar la carne, pero para mi gusto a la carne le faltaba un poquito de sabor. Si la comías con la salsa no estaba mal, pero si la comías sin ella entonces podías sentir que a lo mejor le faltó un poquito de sal. Quizás esa era la idea, que no esté muy sazonada para que no opaque la salsa, pero creo que no le hubiera ido mal una pizca más.
Esos paquetitos que ven ahí son los ‘fagottini’ de papa negra, es una pasta rellena con un puré de papa negra. Claro que la papa por dentro no era negra, en verdad se llama así porque la cáscara es negra, por lo menos es lo que he visto en los supermercados. Me pareció una idea interesante, pero creo que el relleno resultó un poco seco para ponerlo dentro de la pasta. No soy cocinera, pero a lo mejor le hubieran podido poner alguna hierba o pedacitos de ají, no sé, no estaba mal, pero te daba ese sensación de que algo le faltaba. Nuevamente, si lo comías con la salsa entonces no le faltaba nada, pero si tanto la carne como esta pasta tenías que comerlas con la salsa, entonces ésta se quedaba corta. Pero en líneas generales un plato que se dejaba comer, yo igual me lo devoré.
Sí nos pasó algo no muy agradable, bueno «nos» es mucha gente, en verdad fue a Joanna. No estaba segura de contarlo en este post o no, pero bueno, es lo que pasó y si bien accidentes ocurren, uno como que no espera que en restaurantes como éste los haya. Resulta que cuando ella estaba ya por terminar su plato encontró un pelo entre la salsa. Muy cortezmente se lo hicimos saber a la persona que nos atendía, pero no supo qué decir, sonrió y dijo «uy». Caso cerrado.
Ahora sí, la hora del postre: «Crocante de manzana estilo «Tatin», caramelo al rocoto y crema ligera a la vainilla de Bourbon». Cuando leí que este era el postre para la cena me emocioné, leí Tatin y espere una especie de Tarta Tatin, pero no, creo que cuando se mencionaba «estilo Tatin» se refería a que la manzana estaba acaramelada, tal como en la Tarta Tatin, y cuando decía crocante no era porque tenía un streusel, sino porque había unos merengues sobre la manzana. Eso sí, los merengues estaban perfectos: blancos, crocantes por fuera y aireados por dentro. La manzana no estaba mal, pero parecía una mermelada, es más yo diría que hasta parecía un dulce de membrillo. El caramelo al rocoto estaba rico, ayudaba a contrarrestar el dulce de la manzana. La crema no la probé, pero eso por cosa mía, no me gusta la crema de leche batida.
Luego nos pusieron un platito con algunas galletas, me gustó el detalle, aunque no lo entendí bien, porque si ya nos habían dado el postre como que las galletas no iban, salvo que vinieran con un taza de café, lo que no hubiera estado nada mal, pero no, fueron sólo las galletas, que dicho sea de paso estaban muy ricas. Entre Joanna y yo nos las acabamos.
Y ya para terminar, mi querida compañera de travesía no podía más de tanta comida, así que pidió un vaso con agua (recién entonces trajeron agua) y no tuvo otra idea que tomar un digestivo (¿así se dice?)…una sal de frutas…bueno ya, un Alka Seltzer.
Tengo entendido que eso uno lo debe tomar cuando está en efervescencia, pero ella se quedó mirando cómo efervescía en el vaso, cómo se hacían burbujas y salpicaba el agua. Entonces creo que los tres al mismo tiempo le dijimos que ya se lo tenía que tomar, y tal fue su nerviosismo que terminó metiendo el sobre (vacío) dentro del vaso. Yo hasta ahora me sigo preguntando cómo hizo para que el sobre terminara ahí…igual lo sacó y se lo tomó.
Terminado todo no quedaba otra que pararse y retirarse del restaurante. En resumen la verdad estuvo bastante bien, digo, por 25 soles estuvo más que bien. La crema de zapallo de verdad deliciosa, si algún día voy al verdadero Hervé sin duda la pediría, la carne como les dije en conjunto estaba rica, la comería pero con otro acompañamiento y en cuanto al postre, no fue de mis preferidos, sería interesante ver la carta, estoy segura que deben tener opciones más interesantes.
Y así le dimos fin a Mistura. En verdad lo disfrutamos, a este tipo de eventos uno tiene que ir con la mente abierta y preparado para encontrarte con muchas cosas, cosas que quizás te gusten y cosas que quizás no. Lo importante es ir con buena actitud y con el mejor humor.
Sólo queda dar las gracias a todos los organizadores de Mistura 2011, pero sobre todo, a todos los agricultores, productores, cocineros y panaderos, que con su aporte y su presencia pudieron hacer posible que Mistura esté presente un año más. GRACIAS…!!!
Mistura 2011 – Parte I
Mistura 2011 – Parte II
Mistura 2011 – Parte III
Qué rica experiencia!! Por lo que cuentas (al igual que otros amigos) tiene sus cosas buenas y malas, pero bueno, uno ya sabe todo eso cuando decide ir. Yo la verdad nunca me he animado porque me parece caro por un lado (20 soles de entrada podría incluir un par de tickets) e incómodo (colas enoooooormes que para mí, que odio las colas, sería insoportable). En verdad prefiero después de cada feria ver lo que tuvo más acogida y buscarlo después.
Si no es indiscreción, cuánto aprox. se termina gastando entre las comidas y las compras en el mercado? yo sospecho que no baja de 100 por persona.
Bueno, al final de cuentas creo que es una buena iniciativa, da gusto que tenga tanto éxito y ojalá siga mejorando cada año.
Ah!! y sobre lo que cuentas del pelo…sí me parece muy mal que no se hayan disculpado como corresponde!! y debieron asumir el costo de la cena de tu amiga!!
saludos!!
En verdad para disfrutarlo hay que ir con mente positiva y bueno, saber a lo que uno va. Te cuento que nosotros no hicimos colas, donde veíamos alguna que era muy grande nos dábamos media vuelta y con todo eso pudimos comer rico.
Sobre el costo, pues, sí uno termina gastando regular: la entrada costó 15 soles (preventa), el estacionamiento 10 soles (tarifa plana), entre mi esposo y yo cambiamos billetes 80 soles para comprar comidas, es decir, 40 soles cada uno y la cena costó 25 soles por persona. A todo esto se tendría que sumar otras compras como las del mercado por ejemplo…es como cuando nuestros papás nos llevaban a la Feria del Hogar…pero te digo una cosa, vale la pena ir por lo menos una vez.
Y… SUPONGO QUE CONTINUARÁS CON MISTURA 2012…
Eso espero…lo que pasa es que tengo que organizarme bien con el trabajo…ya sabes…no sólo de pan vive el hombre, o la mujer…