Durante la semana del 9 al 18 de setiembre se llevó a cabo la feria gastronómica más grande e importante del Perú: Mistura. El viernes 16 tuve la suerte de poder pasar el día en esta feria acompañada por mi esposo y dos amigos. Tuvimos suerte porque el día estuvo perfecto, no salió sol, pero tampoco hizo frío y mucho menos llovió, yo diría que el clima estuvo ideal para recorrer toda la feria, aunque claro, un día se nos quedó corto.
Ir sólo un día a Mistura es poco, pero a veces no se puede más, así que a ese único día hay que sacarle provecho. Claro que es humanamente imposible probar todo lo que se ofrece en un solo día, entonces la clave es la planificación. El día anterior hicimos una lista de los restaurantes y puestos de comida así como lo que ofrecía cada uno, teníamos que decidir…bien, esta vez nos concentraríamos en las Cocinas Rústicas, Carretillas, por lo menos un plato de Cocinas Regionales y cerraríamos con Cocina 5 Tenedores. Así pues dimos inicio a nuestra aventura.
Con mi esposo tratamos de ir casi todos los años a Mistura, el año pasado no pudimos porque se nos cruzó con una actividad de los chicos y la verdad es que la familia va primero. Como este año la feria amplió sus días, entonces nos fue un poco más fácil organizarnos. Nos pusimos de acuerdo con Joanna y Javier, sí, los mismos que nos acompañaron a Chanchamayo y sacamos entradas de preventa, considero que es la forma más segura de tener las entradas para el día que quieres ir. Como era viernes el día elegido, ella y yo tuvimos que pedir vacaciones en el trabajo, pero valió la pena.
Habíamos acordado ir primero a la sección de las Cocinas Rústicas, sabíamos de antemano que las colas para pedir un chancho al palo o a la caja china eran de hasta 2 horas y no pretendíamos pasar tanto tiempo parados haciendo nada más que esperar que la gente avance. Por eso dijimos que esa sería nuestra primera parada. Llegamos entonces donde estaban haciendo el Chancho al Palo, no había gente, preguntamos a qué hora saldría el chancho y nos dijeron que en un par de horas…media vuelta…aunque algunos se quedaron haciendo la cola, nosotros preferimos pasar al siguiente.
Así llegamos a La Cilindrada de Pedrito, la comida estaba ya casi lista, entonces nos quedamos a esperar unos minutos. Habían tantas parrillas hechas con cilindro ya operativas que me puse a pensar desde qué hora estaba Pedro en Mistura para poder tener lista la carne a las 10:30 de la mañana y así atender a gente como nosotros que a esa hora ya se está comiendo un delicioso corte de chancho con papa y ají.
Me pregunto cuántos kilos de carne saldrán al día de ese puesto. No soy buena haciendo cálculos, no sé cuántas porciones venda al día, sólo sé que estaba delicioso, la carne estaba jugosa (sí pues, la grasita del chancho ayuda) y crocante.
Mientras nosotros estábamos en la cola, Joanna y Javier se aventuraron por la Caja China de Juan Talledo. La especialidad del local, pues el chancho. Como en el caso de Pedrito, ellos también habían llevado muchas cajas chinas, cada una con un chancho entero, que al salir de la caja se veía tan dorado y tan crocante que daba ganas de comerlo todo.
Para mi gusto había quedado un poco seco, claro que si lo comías con la cebolla, entonces sí cambiaba la cosa.
Perfecto, con eso hicimos un check en la lista de lo que comeríamos sí o sí…sin hacer la interminable cola. Lo siguiente en nuestra lista eran las Carretillas. Algo que habíamos dejado pendiente desde la última vez que fuimos a Mistura era el pan con chicharrón de El Chinito, pasamos por ahí y nos dimos media vuelta, ya había una cola que fácil podías pasarte una hora ahí. Ninguno de los cuatro estaba dispuesto a desperdiciar el tiempo parados en un mismo lugar. Quedará para el siguiente año.
Entonces nos dirigimos a La Gucha para comer Papa Rellana. Nos había llamado la atención la Papa Rellena de Sangrecita. Yo muero por la sangrecita, en verdad me gusta mucho, sé que es una comida no muy fácil, es decir, no a mucha gente le gusta, pero supongo que mi mamá nos acostumbró a comerla desde que éramos niños. Eran papas pequeñas, no piensen que eran del tamaño normal, eso estaba bien porque la idea es probar y probar los distintos platos que se ofrecen. Entonces pedimos una de Sangrecita y una Chinita. Esta última era con pollo y algunas verduras, sazonada con un poco de sillau para darle el toque oriental. Las dos muy ricas.
Nuestros compañeros pidieron una de Ají de Gallina y naturalmente, de Sangrecita. La primera no estaba mal, pero el veredicto final fue un hurra por la Papa Rellena de Sangrecita. Un acierto total. Pero les tengo que contar que hubo un problema con las papitas porque al parecer habían marcado mal de qué tipo era cada una, así que terminaron dándonos las dos de Sangrecita. Claro que luego nos la cambiaron con todas las disculpas del mundo. En verdad no nos afectó, recién empezaban a vender sus primeras papitas rellenas, así que les sirvió para revisar bien las marcas y no volver a cometer el mismo error.
Nuestra siguiente parada sería en El Buen Recado para probar sus famosas empanadas. Había ido con la idea de probar la Empanada de Lomo Saltado, pero cuando llegamos al puesto vimos que la Mixta no se trataba de la Empanada Mixta común y corriente de jamón y queso, no, era algo más que eso. Nunca había probado una empanada tan deliciosa, tenía choclo y queso serrano, calientita, tanto que el queso estaba todo derretido. Y es que al momento de partir la empanada que la comería con mi esposo se podía ver cómo el queso se estiraba cual mozarella. Sin duda la mejor elección que hicimos.
Y ahora tocaba buscar el tamal. Así que caminamos hasta encontrar a los Tamales Magaly Silva, sin duda los mejores de la ciudad. Y dentro de las opciones nos encontramos con una sorpresa: Tamal de Cuy. Nos miramos y sin dudar ese fue nuestro pedido. Su fama no es gratis, realmente delicioso, una masa de maíz suave y llena de sabor. Claro que los trozos de cuy venían con huesos y es que es difícil servirlos sin ellos, pero igual estaba rico. Está bien, está bien, eso fue lo que pensamos 3 de nosotros, nuestro cuarto acompañante no es muy aventurero con las comidas, pero sí llegó a probar un poco de tamal…sin carne…y concluyó que estaba buenazo.
Con todo esto dimos por terminado el «desayuno». Era la hora de refrescarse un poco, lo que habíamos comido había estado todo tan rico, pero claro, también con condimentos, con algo de grasa…en fin…no era medio día todavía pero igual necesitábamos un pequeño bajativo, algo que contrarreste lo que habíamos comido. Así que nos dirigimos a la zona de los restaurantes a buscar algo interesante.
Javier sabía que en el concurso de Chilcanos que hubo un par de días atrás ganó el Chilcano Bravo de Bravo Restobar. ¿Se acuerdan de qué está hecho el Chilcano tradicional? Así es, de Pisco, nuestro licor de bandera, mezclado con Ginger Ale, jugo de limón y unas gotas de amargo de angostura. Pero claro, se supone que un Chilcano que haya ganado una competencia en Mistura tiene que tener algo más, algo diferente. Pues la combinación de ingredientes que habían logrado para hacer este Chilcano fue de lo mejor, sin duda un cocktail refrescante y lleno de sabor…el cual repetimos al final del día.
Después de esta pausa habíamos quedado en almorzar en la zona de los restaurantes regionales, pero al pasar frente a Charlotte no pudimos con la tentación de probar la Lasagna de Lomo Saltado con Salsa Huancaína. Y que nos perdonen los italianos pero es la mejor lasagna que se haya podido crear. Para serles sincera, esta vez pedimos una lasagna para los cuatro, la idea tampoco era comer hasta morir, la idea era ir moderadamente probando lo que más nos llamaba la atención. Así que en verdad cada plato lo estuvimos compartiendo entre dos o entre cuatro…o entre tres…
Además de la lasagna tenían dos postres que nos llamó la atención, el Cheesecake de Turrón de Doña Pepa y la Torta Chocoteja. El primero lo dejamos para el siguiente año pues mi esposo no podía perderse el segundo. La foto desmerece lo que realmente es este postre y es que si te gusta la chocoteja sin duda éste será uno de tus favoritos, pues está hecho a base de toffee de manjar, lleno de pecanas y bañado en chocolate bitter.
Saben, hasta este momento la compra de las comidas la hicimos sin problemas, tuvimos pequeñas colas sólo con los chanchos al principio porque en verdad se debió más que nada a que habíamos llegado bien temprano, y luego cuando esperamos la lasagna, pero fue muy corta, el resto de lugares fueron accesibles fácilmente. Estábamos contentos y así seguimos nuestro camino en búsqueda de algo «refrescante» (ya saben a lo que me refiero), entonces nos dirigimos a los Restaurantes Regionales.
Claro, se preguntarán para qué fuimos ahí si lo que queríamos era tomar algo, no comer. Pues les respondo, en esa sección estaba nada más y nada menos que El Pisquerito, venido desde el Cuzco. Nos llamó la atención por los tragos a base de Pisco que ofrecían. Los nombres no te decían mucho, pero eran muy originales.
Con mi esposo decidimos por el Choque y Fuga, naturalmente hecho a base de Pisco y además con jugo de Quito Quito, fruta que normalmente se encuentra en la selva y es muy parecida a la naranja. Nosotros la habíamos probado en jugo una vez que fuimos a Oxapampa y nos encantó, así que la decisión era bastante lógica. Estaba rico, un tipo de Chilcano con un sabor diferente, muy frutado y acidito.
Estando ahí en el Pisquerito nos dimos cuenta que en La Nueva Palomino se había formado una cola ya algo considerable, ya era medio día, nos miramos, deliberamos un rato y decidimos que era mejor hacer la cola de una vez antes de que llegue la 1 ó las 2 de la tarde, horas en que los puestos de comida son realmente tormentosos por la cantidad de gente que se junta.
Estuvimos parados como 15 ó 20 minutos, no más. Nuestra elección estaba hecha desde que decidimos ir a Mistura, sin duda el Costillar de Lechón al horno con Pastel de Papa. Sí, también había chupe de camarones, pero a nuestro parecer un plato como esos es difícil de comer en una feria y sobre todo de compartir. Casi llegando a la caja vimos que este plato tenía la opción de pedir media porción…media entre los cuatro (los tres)…ummmm…no creo…mejor media porción por pareja. Sabia decisión. Qué les puedo decir, el pastel de papa de lo más rico, con un toque de anís que lo hacía delicioso y el costillar estaba suave, tierno, jugoso.
Hasta aquí le dimos fin a las comidas. Mientras hacíamos la digestión y aprovechando que estábamos sentados, planeamos cuál sería nuestro derrotero para la tarde. Definitivamente comer ya no, a pesar de que a nuestro lado estaban los Anticuchos de la Tía Grimanesa, que gracias a Dios tenía una cola de seguro de más de 2 horas de espera, así que no lo pedimos. En verdad ya los habíamos comido en otra oportunidad y a pesar de que son los mejores anticuchos, ya no era novedad, así que no se justificaba hacer la cola.
Así pues, terminado el almuerzo y siendo ya más de medio día, nos dimos una vuelta por el Rincón del Pisco, donde encontramos que vendían las botellas de pisco a un muy buen precio, además de ofrecer unos Chilcanos frutados muy sugerentes. Mi esposo pidió el tradicional, estaba bueno, pero yo pedí el de granadilla, lo cual fue un error, estaba demasiado dulce…pero igual me lo tomé…ya estaba servido y pagado…
Empezaba la tarde, estábamos algo movidos por los tragos, y entonces nos dimos cuenta que no habíamos probado el Queso Helado. En verdad no es un queso, es un helado de leche, coco y canela típico de Arequipa. Creo que le dicen queso porque no es un helado cremoso, es más como un adoquín (o una granita), así que es posible que a eso se deba el nombre. Está bien, no hice mi tarea de investigar, y eso que mi mami es arequipeña.
Lo que siempre me ha gustado de ferias y kermesse es la raspadilla, es un postre tan refrescante. Lo que me asombra es que aún se siga usando el método antiguo, las máquinas de hacer raspadilla siempre serán un recuerdo de mi niñez y seguir viéndolas produce esa sensación de nostalgia. Nada más sencillo que raspar los bloques de hielo, colocar el hielo triturado en un vaso y entonces llenarlo con los sabores que uno quiera. Y es que a veces lo más simple es lo más rico.
Pero Javier estaba antojado de un Suspiro y es que ya habíamos pasado frente de Maga…Mis Suspiros y ya habíamos visto que había traído de varios sabores, además son su especialidad. Debo confesar que el Suspiro no es de mis postres favoritos, y me van a perdonar todos los limeños pero lo cierto es que me resulta muy empalagoso. Pero debo reconocer también que es el favorito de muchos.
Luego de este golpe dulce seguimos andando y nos encontramos con Q’Churros, me encantó el sistema que tienen, y es que mantienen los churros bien calientitos y listos para rellenar con el sabor que uno quiera. Tienen distintas variedades, así que sólo lo pides, colocan el churro en la máquina y ésta suelta el relleno deseado y listo. Yo andaba satisfecha con lo que había comido, pero nuestros compañeros sí se mandaron con un par, uno de chirimoya y uno de café. Claro que aproveché en darles un mordisco, a los churros, y para mí el de guanábana no me gustó mucho, pero el de café me pareció delicioso…una vez más Joanna acertó con el pedido.
Terminado esto decidimos que era momento de dejar de comer, además que habíamos hecho una reserva para cenar en el restaurante 5 tenedores de turno, así que lo mejor era poner alto y enfocarnos en otra cosa. Es así como pasamos el resto de la tarde visitando la Zona del Café, del Chocolate y Cacao, el Gran Mercado, el Bazar y naturalmente el Rincón del Pan.
Al final de la tarde nos pedimos unos Chilcanos Bravo, todos menos mi esposo porque tenía que manejar de regreso, nos sentamos en las escaleras del Mali a descansar, disfrutar de nuestra bebida y esperar que el reloj dé las 5 de la tarde para complacernos con degustación de alta cocina en el Hervé Bistro.
Pero qué les parece si eso lo dejamos para un siguiente post, creo que por ahora es mejor hacer una pausa porque con tanta comida vamos a engordar…más…
Mistura 2011 – Parte I
Mistura 2011 – Parte II
Mistura 2011 – Parte III
Me encantan tu comentarios, siento que he visitado nuevamente Mistura, todo lo que comieron me gustó.
Gracias Elsa, ir a Mistura es toda una experiencia…y aún falta contarles nuestra comida en Hervé…
Nydia: Me transporté con Uds. a Mistura. Con mucha pena, este año, no pude ir, pero es toda una experencia religiosa. Coincido contigo en que la empenada mixta con choclo del Buen Recado, es deliciosa. Yo soy súper dulcera, me queda pendiente probar la Torta Chocoteja de Charlotte….
Creo que todos debemos ir por lo menos una vez a Mistura y probar cosas que nunca antes hemos comido, de eso se trata. La Chocoteja de verdad estaba rica, para mi gusto un poquito empalagosa, pero como sólo comí la mitad, entonces estuvo bien, pero eso porque no me gustan los postres muy dulces, por Luis Felipe, él se la hubiera comido toda.
Yo me uno al tour gastronomico. El sàbado voy a ir a Charlotte a comer la lasagna de lomo saltado….
Y no te olvides de la torta de chocoteja.
Nydia!!!! qué rico han comido!!! a ver si la próxima vez hacemos un tour gastronómico, nuestra propia mistura!!! Ya tenemos la van que nos llevó a varios sitios en Lima!! y así nadie conduce…qué te parece?. Me apetece: empanadas, lo de chocoteja, papa rellena y algo más!..vale???. Un beso, me encanta tu blog.!
Yo feliz Titi…con lo que me gusta comer…!!!
Everything looks so scrumptious! the meat, the pies, the sweets. I could eat it all! 🙂
I know Lorraine, that’s the risk, you can eat everything…!!!
Todo se ve tan delicioso. A mi me encanta la comida Peruana y uno de estos dia caigo en tu lindo pais.
No se lo que pasa pero no recibo tus «post» por e-mail.
Gracias Norma, si algún día vienes, no te olvides de avisarme.
Es curioso que no te lleguen las alertas, acabo de revisar y te tengo como suscriptora, pero como usuario de WordPress.com, a lo mejor es por eso, creo que cuando es así la alerta de llega desde el usuario WordPress.
Hehehe ok… when I get to come to Peru I will have to make sure to come during Mistura as everything looks so delicious!!! I would love to try everything! Cuy included! 🙂