Tenía una comida en la casa de unos amigos y tenía muchas ganas de llevar pan, y es que hace tiempo me habían pedido que algún día les invite alguno de los panes que hago.

Claro que decidir qué receta hacer no resulta fácil, pero lo que sí tenía muy claro desde un principio era que sería algo con queso, es por eso que finalmente decidí por estos Enrollados de Queso Cheddar.

El próximo fin de semana nos vamos de vacaciones al norte con un grupo de amigos, sí, aprovechando las vacaciones de medio año de los chicos huiremos del frío de Lima para calentarnos con el sol del norte. Estoy contando los días, créanme.

Para poder organizarnos decidimos juntarnos todos los viajeros en la casa de una amiga, había que ver algunos detalles ya que teníamos que tomar decisiones sobre lo que teníamos que llevar, cómo nos íbamos a organizar, en fin, en verdad una buena excusa para juntarnos un viernes en la noche, ¿no creen? Y lo mejor de todo, la dueña de casa nos ofreció servir lasaña para esa noche, y es en ese momento que se me ocurrió que sería una muy buena idea llevar un pan para compartir con ellos.

Estaba dudando si hacer una receta repetida o una nueva. La ventaja de la primera opción es que tendría la certeza de que saldría bien, pues escogería una de las recetas que más acogida tuvo en casa. Pero por otro lado quería aprovechar en hacer una receta nueva para poder publicarla en el blog, así que andaba indecisa, sobre todo porque no sabía si tendría tiempo o no.

Para mí hacer pan con levadura entre semana es complicado porque con el trabajo no me da el tiempo. Pero por suerte el viernes fue un día tranquilo y mi jefa me dio la tarde libre, así que me caía perfecto. El hecho de tener más tiempo me animó más a hacer una receta nueva. Tenía toda la tarde para poder amasar y dejar que la levadura haga su doble trabajo. Y bueno, ya me enteraría en la noche si quedó rico o no.

Mientras se horneaba el pan el olor era delicioso, eso era un punto a favor. Al salir del horno, la pinta no estaba mal, y es que ver un queso derretido es irresistible. Pues bien, tenía ya dos puntos a favor. Ahora solo faltaba ver la textura de la masa, ¿cómo lo haría sin desarmar mi pan? No había forma de saber cómo había quedado la masa, quería saber si los enrollados estaban bien cocidos, si estaban airosos, migosos, en fin, solo quedaba guiarme del olor y la pinta para llevarlo de todas maneras.

Les soy sincera que estaba un poco nerviosa. Cuando llegó la hora de servir la comida metimos el molde al horno para que se caliente, luego se sirvió el pan y el momento de la verdad había llegado, la primera persona lo iba a comer. Me quedé tranquila pero con los ojos fijos en su cara…y qué tranquilidad cuando al comer el primer bocado su cara manifestó satisfacción: los enrollados estaban deliciosos.

Así que pasada la prueba (algo estresante para mí), me relajé y disfruté yo también de la comida…y de mis Enrollados de Queso Cheddar. La verdad, buenísimos. Tienen que hacerlos y aquí les cuento cómo.

En una olla calentar la leche junto la mantequilla. Hay que dejar que la mantequilla se derrita por completo. Una vez derretida la mantequilla dejar que entibie y llegue a unos 105°F/40°C.

En un tazón mezclar una parte de la harina junto con el azúcar, sal y levadura.

Agregar la mezcla de leche y el huevo y empezar a batir con la paleta. Si deciden hacerlo a mano, entonces usar una espátula o cuchara de madera y batir hasta que todo quede muy bien integrado.

Agregar el resto de la harina de media taza en media taza, hasta que veamos que la masa se ha formado y que comienza a desprenderse del tazón. Entonces cambiar la paleta de la batidora por el gancho y amasar por unos 5 minutos. Si lo hacen a mano, colocar la masa sobre la mesa enharinada y amasar vigorosamente hasta que veamos que la masa ya no se pega ni a las manos ni a la mesa.

Retirar la masa de la batidora y colocarla sobre la mesa, dar una pequeña amasada y formar un bollo.

Colocar la masa dentro de un tazón engrasado, cubrir la masa con más grasa y cubrir con film. Dejar reposar la masa dentro del horno apagado por 1 ½ a 2 horas, hasta que duplique su volumen.

Retirar el film, suavemente presionar la masa con el puño para desgasificarla y colocar la masa sobre la mesa enharinada. Con las manos presionar suavemente la masa para formar un rectángulo de más o menos unos 23 centímetros por 35 centímetros.

Pincelar la masa con aceite de oliva, espolvorear con ajo en polvo, colocar el queso cheddar rallado y sazonar con sal y pimienta recién molida.

Enrollar la masa (como si fuera un pionono) y sellar bien la terminación dando como pellizcos. El cierre deberá quedar debajo.

Con un cuchillo cortar la masa en ocho porciones.

Acomodar las ocho porciones dentro de un molde redondo de 20 centímetros engrasado. Al momento de colocar los enrollados dentro del molde se van a caer algunos pedazos de queso, esos al final los ponen sobre los enrollados ya acomodados en el molde. Cubrir con film y dejar reposar por 1 hora.

Encender el horno a 375°F/190°C para que vaya calentando. Si quieren que los enrollados tengan brillo una vez cocidos, entonces pincelarlos con 1 huevo batido con 1 cucharada de agua. Yo no lo hice. Hornear por 25 minutos, hasta ver que los enrollados hayan dorado bien. Retirar y dejar entibiar.

Es mejor comerlos calientes. Si cuando recién salen del horno no los comerán, no importa, luego los pueden poner un ratito al horno para que entibien y quedan perfectos.

Hacer click aquí para obtener la receta de los Enrollados de Queso Cheddar.