¿Y qué más hay en Nazca además de las líneas? Esa pregunta me la hizo más de una persona cuando les conté que iríamos a Nazca con los chicos.
¿En serio la gente se pregunta eso? ¿Es que los peruanos aún no conocemos nuestra historia? Porque Nazca es eso, es uno de los lugares que aún cuenta nuestra historia antigua.
Pero antes de hablar de historia, hablemos un poquito de geografía, curso que siempre pasaba con las justas en el colegio. Pero la verdad es que no hay mejor escuela que la que se hace viajando y entonces te es más fácil recordar dónde queda qué. Así pues, Nazca está al sur de Lima, en el departamento de Ica.
Enclavada en medio del desierto, donde reina la arena y el sol, y de cuando en cuando ciertos vientos tan fuertes que pareciera que las arenas del desierto serán llevadas a otro lado. Pero es verdad, la arena, los médanos y las dunas no son novedad para nosotros que vivimos en una costa desértica y para quienes es más novedoso ver palmeras y cerros verdes. Pero el desierto tiene su encanto.
Ahora bien, Nazca hoy por hoy está lleno de turistas, avionetas y areneros. El centro de la ciudad está lleno de vida, tanto de día como de noche y para nosotros, que nos gusta escapar de Lima y buscamos un poco de paz y menos ruido, optamos por quedarnos en un hotel en las afueras de la ciudad.
Nos quedamos en el Casa Hacienda Nasca Oasis. Nada lujoso, pero sí muy cómodo, limpio, espacioso y con una piscina impecable que resultó ideal para las tardes calurosas. El hotel se asemeja a una casa hacienda, con salas amplias y luminosas. Un comedor tranquilo y una carta pequeña, y con un desayuno culposo.
Las habitaciones están repartidas en bungalows, no son muy espaciosas, bueno, supongo que al ser cuatro en la habitación, no queda mucho espacio para más. Los baños limpios y grandes.
Está rodeado de jardines y si coordinas con el administrador, hay un lugar especial para prender una fogata. Ideal para las noches porque suele bajar un poco la temperatura. Las noches son frescas y provoca caminar o quedarse en una terraza saboreando una copita de Pisco.
De la comida no hay mucho que les pueda decir, la verdad es que no conocía o no había preguntado por restaurantes de la zona, sin embargo Trip Advisor es de ayuda en estos casos. Hay muchos restaurantes, no encontré alguno que sirviera comida típica, así que optamos por aquellos con la comida típica de cualquier restaurante. No me quejo, siempre encontramos buena atención y platos bien servidos.
Pero además del hotel, ¿qué hay en Nazca? Mucho y no solo historia. Antes de que el sol queme, se puede ir a hacer un poco sandboard. Y es que si bien el Perú se jacta de tener una de las mejores olas para practicar surf, pues también podemos decir que tenemos un buen arenal para practicar sandboard.
Pero hay que salir temprano, es mejor estar en medio del desierto antes de que el sol esté en lo alto, de otro modo la arena quemará mucho, el calor se volverá insoportable y en lugar de disfrutar de una linda mañana aventurera la podemos convertir en un martirio.
En Nazca hay lugares donde te alquilan las tablas. Nosotros contratamos un guía, quien nos proporcionó las tablas y nos llevó a un lugar tranquilo para que los chicos y mi esposo se llenen de arena. No, yo no, alguien tenía que tomar las fotos…ja,ja,ja…
En verdad fue divertido y tuvimos oportunidad de ver unos areneros subir entre las montañas de arena. Aquí entre nos, no soy tan aventurera, creo que no me animaría a subirme a uno de aquellos.
Una vez terminada nuestra sesión de arenamiento, nos fuimos a Cahuachi. Para situarnos un poco en lo que conocemos como la Cultura Nazca, les diré que se desarrolló en los primeros años, es decir, a inicios del siglo I y tuvo su declive allá por el año 600 d.c. Esta es la etapa que en los libros de historia del Perú llamamos Periodo Intermedio Temprano. Esto es antes de la aparición de los Incas.
En medio del desierto y muy cerca al valle del río Nazca, de pronto aparece una gran pirámide de adobe, rodeada de otras construcciones y grandes plazas. Eso es Cahuachi. Se dice que fue un centro ceremonial, pero donde además vivió la élite gobernante de Nazca. Se dice que Cahuachi fue abandonado por el año 450 d.c., luego de algunos desastres naturales, pero sin que antes sus pobladores la cubrieran completamente, dejando solo un montículo de arena a la vista de los demás.
Otro lugar interesante que visitar en el cementerio de Chauchilla. Una enorme pampa al sur de la ciudad de Nazca alberga no sé cuántas tumbas de los antiguos pobladores de Nazca.
Y los puedes ver, casi tocar. Todos ellos momificados y en perfecto estado, bueno, lo que se le puede permitir ya que están expuestos al sol y a la arena. Aunque han acondicionado algunos techos de paja y cuando hay vientos fuertes los cubren.
Pero ahí están, en sus propias tumbas, rodeados de sus cosas personales, algunos solos, otros acompañados quizás por familiares, no me atrevería a decir que están con gente que fue sacrificada para morir y luego revivir con ellos. Y es que ellos creían en que después de la muerte había otra vida.
Algo que supieron hacer muy bien en Nazca, además de las momificaciones y edificaciones, fueron los acueductos. Y es que viviendo en medio del desierto tenían que ver la forma de aprovechar el agua que emanaba por debajo de la tierra para hacer canales y llevar las aguas hasta sus sembríos.
Y así es como llegamos a Ocongalla. Un acueducto a tajo abierto que deja aflorar las aguas subterráneas, y que a través de zanjas hechas con piedra a canto rodado llevan las aguas a sus sembríos. El lugar es lindo y con el calor la verdad es que provoca darse un remojón en las aguas.
A estas alturas de mi relato imagino que ya se estarán preguntando ¿y las líneas? Bueno, les digo la verdad, no quiero ser mala onda, pero subirme a las avionetas que te invitan a sobrevolar la pampa y así apreciar todas esas líneas es algo que no me atrevo. Ni yo, ni mis hijos y no sé si mi esposo. A decir verdad, uno tiene que asesorase bien sobre qué compañía es la más seria y segura antes de tomar algún paseo.
Pero vimos, vimos algunas líneas, vimos las Manos y vimos el Árbol. Y es que para ver estas dos no es necesario tomar una avioneta. Basta detenerse en el mirador que está en plena carretera Panamericana, subir un millón de peldaños y desde la cima, afinando bien los ojos, podrán verlos.
Ahora bien, si eso no les basta, pueden parar en Palpa. Ahí también hay un mirador y si se fijan bien, en los cerros, encontrarán impresionantes dibujos. Eso sí, las líneas de Palpa son más antiguas que las de Nazca, de hecho pertenecen a la cultura Paracas.
Y así pues, con la luna llena marcando las tempranas horas de la noche nos despedimos de Nazca.
Y saben una cosa, no me canso de repetir que el Perú es maravilloso, tiene tanta historia, hay tanta cultura, y tiene muchos sitios maravillosos que esperan que los visitemos.
¡Qué bonito y qué interesante!
Es un lugar que vale la pena visitar.
Me encanto tu relato deseo algún día visitar Peru y con lo que acabo de leer me interesa más .Saludos Xisca de salyverde.wordpress.com
Pues espero puedas venir, la verdad es que hay sitios lindos para conocer.
Algún día espero visitar Peru, este lugar se ve impresionantemente maravilloso, la historia la geografía todo me gustó, la casa hotel se ve como oasis en el desierto, el desierto es lindo cuando se ve con buenos ojos. gracias por compartir las fotos. besos
El Perú tiene sitios lindos. Tenemos la suerte de tener mucha historia…
hace rato que tengo ganas de ir para allá! muy lindas fotos 🙂
Pues espero que algún día puedas 🙂
Nydia: Thank you for sharing with us the beauty and history of Nazca. What a gorgeous little hotel and especially what interesting ruins. I hope to visit Peru one day.
What incredible landscapes! Thank you for taking us there Nydia! I had never heard of Nasca before but it is really beautiful! 😀
Que lindo Nydia, me he quedado maravillado con tus fotos. Tantas cosas interesantes por conocer y a la vuelta de la esquina!
No conozco Perú pero no faltará mucho tiempo para que pase por alli. Vengo a visitarte desde el blog de Gabriela en su «6 de enero»
Beso desde Argentina
Mi tierra bella! Gracias por tu post donde dejas ver que Nasca es más que sus Líneas. Esa foto del desayuno con el típico pan de agua, qué todos los nasqueños añoramos, me hizo agua la boca! Comer la cachipa (queso) con ese pan, bien vale la pena los kilos que subo cuando regreso a mi tierra!
Ayer visite las líneas de Nazca, los acueductos, el paredón, el cementerio de chauchilla y cahuachi más el museo de sitio… Termine muerto pero buen dato estimada. Rumbo a ICA!! Saludos.
Buen dato, muchas gracias por el tiempo invertido en tu blog