Hoy les traigo una receta facilita y rápida.
Y es que les voy a enseñar a hacer unas Galletas Crocantes de Buttermilk que resultan perfectas como piqueo.
Esta semana estoy saliendo de vacaciones, me escapo unos días al Cuzco con mi esposo, así que ando como loca cerrando los temas de la oficina para poder irme sin remordimientos. Y también haciendo las coordinaciones para la llevada y recogida de mis hijos del colegio. Estoy ansiosa.
¿No les pasa que cuando tienen algún tipo de ansiedad les provoca comer? Pues a mí sí, en verdad cualquier cosa me genera ganas de comer. Y ya quisiera que lo que me provoque sea lechuga y tomate, pero no es así, la ansiedad es sinónimo de chatarra, bueno, a veces una fruta, pero por lo general me llama comer galletas.
Tengo una debilidad muy grande por las galletas y si son crocantitas mejor, como estas galletas, que son súper crujientes. Aunque para eliminar un poco la culpabilidad las hice con harina integral y el buttermilk lo hice con leche súper light. De lo que no me libré fue de la mantequilla, no quise arriesgarme y usar aceite de coco, porque no en todas las recetas es válido ese cambio. Pero lo tengo de tarea para intentarlo otro día.
Pero no perdamos tiempo, que no tengo mucho, así que vamos con la receta.
En un tazón mezclar la harina integral con la sal y azúcar y agregar la mantequilla fría en cuadritos. Con ayuda de un par de cuchillos o un tenedor formar un arenado.
Hacer un hueco en el centro y agregar el buttermilk. Mezclar con la ayuda de una espátula hasta que todo quede bien integrado.
La masa les quedará floja, pero así es, luego cuando enfría mejora.
Estirar film sobre la mesa, lo espolvorean con harina, colocan la masa sobre este, le ponen harina sobre la masa y la cubren con el resto del film. Suavemente presionan con la mano para que la masa quede plana y la llevan a la refrigeradora por lo menos por 2 horas.
Pasado ese tiempo la masa ya estará firme, así que la retiran de la refri, la colocan sobre la mesa y la descubren por un lado.
Con mucho cuidado colocan la parte descubierta sobre una plancha de silpat o en papel manteca. Dejen el film cubriendo lo que era la base de la masa y sobre este van a pasar el rodillo, estirando la masa lo máximo que puedan. Mientras más delgada quede la masa, mejor.
Retiran el film y pican la masa con un tenedor, pincelan toda la masa con huevo batido, luego le ponen sal gruesa y pimienta recién molida. Si desean pueden ponerle más cosas, como semillas de chía, ajonjolí (sésamo), páprika, cayena, en fin, lo que gusten.
Hornear en horno precalentado a 350°F/180°C por unos 40 minutos, hasta que vean que esté muy dorada. Es posible que los bordes se re-cocinen, esto pasa cuando la masa no está muy pareja y los bordes quedan más delgados.
Retirar del horno y con mucho cuidado de no quemarse van a romperla en trozos pequeños, sean libres, no obedezcan patrones, simplemente agarren con las dos manos y crack, crack, crack. Colocan los trozos sobre una rejilla y los dejan enfriar. Una vez fríos verán qué crocantes se ponen.
So delicious and crispy… Everything is tastier and moist with buttermilk.
I really want to make this Nydia! I’m crazy for crunchy, crispy crackers! 😀
Espero ya estés de vacaciones o en camino a ellas… disfruta y relájate :D, y sí… también me da por comer cuando ando ansiosa, así que ya anoté esta receta :P. Saludos!