Últimamente disfruto muchísimo haciendo galletas, bueno, además del pan, son mis recetas favoritas en estos días. Creo que el frío hace que me den más ganas de hornear panes y galletas.

Y no me importa quedarme buen rato en la cocina esperando que salgan del horno, no solo porque la cocina está calientita sino también por el delicioso aroma con el que se impregna, sobre todo si del horno salen estas maravillosas Galletas de Miel y Germen de Trigo.

Debo confesar que he estado a dieta estas últimas semanas, ya voy en mi séptima semana y he bajado 5 kilos, nada mal, pero demás de los kilos debo decir que me siento bien, me siento mucho más saludable, después de todo estos días mis comidas han estado bastante balanceadas: proteínas, carbohidratos, frutas y verduras, todas en su exacta cantidad.

Ahora bien, es un cambio radical en lo que yo acostumbro comer, por lo tanto el contenido de mi refrigeradora se ha renovado totalmente y ahora ya no hay espacio para una hoja más. El cajón de verduras que antes andaba con alguna lechuga y unos cuantos tomates, ahora no puede más con las espinacas, espárragos, alcachofas y demás.

Pero además de eso también tengo germen y salvado de trigo, no en la refri, claro está, pero también es parte de mi dieta ya que los debo agregar en mi desayuno o a media tarde para comerlo junto con mi yogurt. Ahora bien, son apenas algunas cucharadas que debo consumir, así que la cantidad que viene en las bolsas es bastante, en otras palabras, tengo germen y salvado para un año…ja,ja,ja…

Así que como no quiero que se me malogren, decidí meterlos en algunas recetas. Si bien los muffins, panes y queques son estupendos para esconder estos ingredientes sin que el resto de la familia se dé cuenta, esta vez quería hacer una receta que no los tenga a escondidas, quería algo donde se destaquen. Es así como buscando en mis libros encontré esta receta de Galletas de Miel y Germen de Trigo en el libro Baking: from my home to yours de Dorie Greenspan.

De acuerdo al libro, esta es una receta que data de los años 70 y es una adaptación que Dorie hizo a una receta publicada en esos años en el New York Times. Qué les puedo decir, las galletas son muy suaves, son dulces y tienen una textura como esponjosa, son perfectas para disfrutarlas con la rica taza de té.

Como pueden ver en las fotos, se me doraron más de la cuenta por abajo, así que creo que debí haber puesto la rejilla del horno una posición más arriba. Pero fuera de eso quedaron bastante bien, ojo, no es que se me quemaron, simplemente el contorno de las galletas quedó más oscuro de lo que esperaba. Ahora bien, puede ser que las haya aplastado mucho, quizás debí dejarlas un poco más gruesas. O quizás hacer caso a la receta que decía que había que hornear una placa a la vez. No lo sé, se lo dejo de tarea a ustedes.

Para hacer estas galletas primero hay que perfumar el azúcar con la ralladura de limón: en un tazón colocar el azúcar y la ralladura de limón y con los dedos sobar bien hasta sentir que el azúcar se ha humedecido y que todo huele a limón. Ojo, el limón en Perú es verde y no amarillo, por eso lo ven de ese color.

Con ayuda de la batidora cremar la mantequilla con el azúcar. También pueden hacerlo a mano, como lo hacían nuestras abuelas, eso ayudará a fortalecer los brazos.

Agregar la miel y seguir batiendo. La masa tomará un lindo color dorado y olerá a miel. Usen una buena miel de abejas ya que por la cantidad que lleva la receta, esta se va a destacar.

Añadir el huevo y seguir batiendo. Es posible que aquí se les corte la masa, si eso sucede le ponen una cucharada de la harina y siguen batiendo bien hasta que la masa esté cremosa.

En un tazón cernir la harina con el polvo de hornear y la sal y mezclar con el germen de trigo. Bajar la velocidad de la batidora y agregar los ingredientes secos en dos tandas, mezclando solo hasta integrar.

La masa les quedará como esponjosa, con la consistencia como si  hubieran hecho una masa de queque. Colocar la masa en un tazón limpio y refrigerar por lo menos dos horas. El frío es importante para que luego puedan formar las galletas. La masa puede estar hasta dos días en la refri.

Retirar la masa de la refri, formar una bolita con una cuchara pequeña de helado o con un par de cucharas y hacerla rodar por germen de trigo.

Colocar las galletas en una placa forrada con papel manteca o silpat, ponerlas bien separadas y con ayuda de un vaso o con la palma de la mano presionar para aplanarlas un poco. Si se les pega al vaso, entonces coloquen un poco de germen de trigo en la base.

Hornear en horno precalentado a 350°F/180°C por 10 minutos, una placa a la vez, hasta que vean que han tomado buen color. Yo las dejé 12 minutos en el horno, y puse las dos placas al mismo tiempo, así que es mejor dejarlas menos tiempo y una por una, tal cual dice la receta.

Retirar del horno y transferir las galletas a una rejilla para que se enfríen totalmente. Luego guardarlas en un recipiente hermético.

Hacer click aquí para obtener la receta de las Galletas de Miel y Germen de Trigo.