Estos días he comido más de la cuenta. He estado comiendo bastante bien, todo balanceado, pero con las celebraciones del día de la madre todo cambió.
Así que, para días como estos, en los que tengo cargo de conciencia y cuento las calorías, recurro al infaltable «Soufflé» Ligero de Verduras.
Cuando estaba embarazada de Andrés subí de peso considerablemente. Nunca tuve malestares, así que comía lo que quería, aunque al principio comía como siempre, pero conforme pasaban los meses el hambre me invadía y yo lo engreía.
Claro que cuando nació mucho de mi peso se fue con él. Andrés nació pesando 4.150 kilos, y para el metro sesenta que me manejo créanme que fue un montón. Pero no todos mis kilos ganados se fueron ese día, se quedaron acompañándome por un buen tiempo.
Al principio fue llevadero, se suponía que con la lactancia bajaría gran parte del sobrepeso, pero el tiempo fue pasando y creo que con suerte lo único que desapareció de mi cuerpo caribeño fueron 800 gramos.
Un día, en mí desesperación, decidí hacer dieta, algo muy simple: dejar de comer. Sí, esa fue mi gran idea, simplemente comer poquito poquito. Me quité los carbohidratos y me volví íntima de la lechuga.
Y entonces vino la transformación, no, no porque bajé de peso, me volví un demonio, estaba irritable, deprimida, antipática, odiosa. ¿Dónde está mi pan con chicharrón? ¿Dónde está mi pollo a la brasa con papas fritas? ¿Dónde?
Una noche, mientras mi esposo comía un rico bistec y yo mi desabrida lechuga, me puse tan, pero tan insoportable que mi esposo se paró, se llevó mi plato, me dio el suyo y me dijo COME. Y yo comí, y fui feliz.
Lo que aprendí de eso es que nunca, nunca más haría una dieta por mi cuenta. Un tiempo después me metí al gimnasio, estuve con nutricionista, y comía rico y balanceado. Me sentía feliz, me sentía mejor, y eso no solo se reflejaba en mi cuerpo, también en mi carácter.
Una de las cosas que comía en esa época era este falso soufflé. Sí, falso, porque no se prepara con la típica base de bechamel, la cual no resulta adecuada cuando uno está en un régimen alimenticio. Este soufflé se hace con claras de huevo, tus verduras favoritas, un poco de hierbas aromáticas y un toque de queso parmesano.
Es un plato que resulta perfecto para comerlo en la noche, sobre todo ahora que las noches han comenzado a enfriar, porque recién salido del horno es buenísimo. Yo lo hago en microondas, más rápido, pero puede hacerse en horno convencional, aunque tardará un poco más, no sé cuánto porque nunca he hecho la prueba.
Así que, si ustedes también están tratando de comer de una forma más saludable, aquí les paso la receta. Pruébenla, les va a gustar.
Soufflé Ligero de Verduras
Ingredientes:
- 2 claras de huevo orgánico
- 2 tazas de verduras variadas
- 2 cucharadas de queso parmesano recién rallado
- 2 cucharaditas de orégano fresco picado, o perejil, o romero o una mezcla
- Sal y pimienta para sazonar
Preparación:
- En un tazón apto para horno batir las claras hasta que espumen bien.
- Agregar el queso y las hierbas aromáticas y mezclar bien.
- Agregar las verduras.
- Sazonar al gusto. Tomar en cuenta que el queso ya tiene sal.
- Hornear en microondas por 3.30 minutos. Si su horno es con plato giratorio, ponerlo a un lado del plato, no al centro.
- Retirar del horno con mucho cuidado porque estará muy caliente y soltará vapor.
- Dejar reposar unos minutos para que baje la temperatura y servir.
Notas:
- Si usan verduras que requieran cocción previa, cocinarlas al vapor y que queden al dente (brócoli, alcachofa, espárrago, coliflor, zanahoria, vainitas, zucchini, etc.).
- Para este post, usé tomate, champiñones y espinaca. En este caso todo estaba crudo, y los tomates sin semillas.
Creo que voy a necesitar más que tu soufflé para perder este peso extra 😊pero es un buen comienzo
Jajaja… Con fe, con fe…
Hehe I love that he knew exactly what was wrong and it was lack of good food! I love the sound of this as it is light! 😀